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Una desconexión digital que puso en pausa la banca móvil: la caída global que afectó a Nequi y otros servicios

  • Foto del escritor: Tatty Umaña G
    Tatty Umaña G
  • 20 oct
  • 4 Min. de lectura
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Una falla masiva en Amazon Web Services interrumpió el funcionamiento de aplicaciones bancarias como Nequi, dejando a miles de usuarios sin acceso temporal a sus servicios.


Un lunes con la banca en silencio digital


La mañana del 20 de octubre de 2025 comenzó con un inusual silencio en el mundo digital. Miles de usuarios en Colombia intentaban ingresar a Nequi, una de las aplicaciones financieras más utilizadas del país, sin éxito. Lo que parecía un simple error local resultó ser parte de una falla global en la infraestructura de Amazon Web Services (AWS), una red tecnológica que sostiene gran parte del ecosistema digital mundial.


Durante las primeras horas del día, redes sociales y foros de usuarios se llenaron de reportes sobre la imposibilidad de acceder a sus cuentas, realizar transferencias o incluso visualizar saldos. En cuestión de minutos, la conversación pasó de la sorpresa a la preocupación.


El origen de la caída


Amazon Web Services, uno de los pilares más importantes de la nube digital, experimentó un fallo técnico que impactó a empresas y plataformas en distintas partes del mundo. AWS provee servicios de almacenamiento, cómputo y conexión a aplicaciones que dependen de su infraestructura para funcionar de manera estable.


Cuando un componente de esta red se interrumpe, los efectos se propagan como una cadena invisible. Plataformas bancarias, sistemas de pago y aplicaciones móviles sienten el golpe casi de inmediato. En este caso, Nequi, Bancolombia y Davivienda fueron algunas de las más afectadas en Colombia, según reportes de los propios usuarios y fuentes oficiales.


La reacción de los usuarios


La situación generó desconcierto entre quienes, desde tempranas horas, intentaban usar sus aplicaciones para pagar servicios, hacer compras o enviar dinero. En redes sociales se multiplicaron los mensajes de frustración y también los llamados a la calma. “Intenté entrar varias veces y la app no carga”, escribió una usuaria en X (antes Twitter). Otros comentaron que las transacciones quedaban en proceso sin confirmación, lo que incrementó la incertidumbre.


Aunque el acceso digital ha transformado la manera en que las personas administran su dinero, episodios como este recuerdan la fragilidad de la dependencia tecnológica. Para muchos, la imposibilidad de usar sus cuentas digitales, aunque sea por unas horas, se siente como una pérdida temporal de control.


La respuesta de Nequi y las entidades afectadas


Ante la avalancha de reportes, Nequi confirmó la existencia de fallas externas y señaló que sus equipos técnicos estaban trabajando en conjunto con AWS para restablecer la normalidad lo antes posible. La entidad pidió a los usuarios intentar ingresar nuevamente después de algunos minutos o consultar la página oficial de estado, donde se publica en tiempo real la evolución del servicio: nequi.com.co/status.


Por su parte, Bancolombia y Davivienda también informaron sobre intermitencias y aseguraron que el origen estaba relacionado con proveedores externos de infraestructura tecnológica. En todos los casos, las entidades coincidieron en un mensaje central: los datos y fondos de los usuarios permanecen seguros, y los inconvenientes son puramente operativos.


Una lección sobre la dependencia digital


Más allá del impacto inmediato, el episodio reabre un debate necesario sobre la dependencia tecnológica de las plataformas financieras respecto a grandes proveedores de servicios en la nube. Amazon Web Services, junto con Microsoft Azure y Google Cloud, concentra buena parte del soporte digital de miles de empresas en el mundo.


Cuando una de estas plataformas sufre una interrupción, los efectos se sienten desde un pequeño emprendimiento hasta una entidad bancaria. En este contexto, la caída de Nequi y otras aplicaciones bancarias es una muestra de cuán interconectado está el sistema financiero con las estructuras digitales globales.


Además, pone en evidencia la necesidad de que las instituciones financieras desarrollen protocolos de contingencia más robustos, que permitan mantener ciertos servicios básicos activos incluso ante fallas externas.



Qué pueden hacer los usuarios


Mientras se normaliza el servicio, las recomendaciones oficiales son claras. La primera es esperar y evitar realizar múltiples intentos de ingreso, ya que esto puede saturar aún más los sistemas. Lo más adecuado es probar nuevamente después de unos minutos u horas.


La segunda sugerencia es consultar los canales oficiales. Nequi mantiene una página dedicada a informar sobre el estado del servicio y actualiza sus redes sociales con los avances. Esto permite a los usuarios tener una visión real del progreso sin caer en rumores o información no verificada.


Finalmente, es importante mantener la calma y recordar que este tipo de incidentes, aunque molestos, son temporales. La mayoría de los servicios digitales cuentan con mecanismos automáticos que restablecen las operaciones una vez se resuelve la causa técnica.


Un recordatorio de nuestra era digital


Lo ocurrido con Nequi este 20 de octubre no es un hecho aislado, sino un reflejo de la complejidad tecnológica que sostiene la vida moderna. En un mundo donde la banca, la educación, el comercio y la comunicación dependen de plataformas digitales, cualquier interrupción global nos recuerda cuán frágil puede ser la conectividad cuando se interrumpe el flujo invisible de la nube.


Sin embargo, también deja una enseñanza: la confianza digital se construye no solo con tecnología, sino con transparencia y comunicación. La forma en que las empresas informan, reaccionan y acompañan a sus usuarios en momentos de crisis marca la diferencia entre una molestia pasajera y una pérdida de confianza duradera.


Así, mientras los sistemas se restablecen y los usuarios vuelven poco a poco a sus rutinas, queda una reflexión abierta: en una sociedad cada vez más conectada, tal vez el verdadero reto no sea solo mantenernos en línea, sino aprender a convivir con los silencios inevitables del mundo digital.


Una síntesis simbólica de cómo la tecnología, aun en sus tropiezos, pone a prueba la confianza colectiva que sostiene nuestra vida digital. Síguenos en Facebook. Si quieres estar informado has parte de nuestros grupo de WhatsApp.


 
 
 

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