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Después de 70 años de ausencia, las madres del Tolima siguen esperando el regreso de sus hijos

  • Foto del escritor: Tatty Umaña G
    Tatty Umaña G
  • 24 sept
  • 4 Min. de lectura
Suministrada
Suministrada

La UBPD inicia excavaciones en Chaparral para encontrar víctimas desaparecidas desde 1955. Familias esperan respuestas tras décadas.

Marylin Guerrero Tova guarda en su memoria el último abrazo que le dio a su hermano hace 23 años, cuando él apenas tenía 15 años. Desde Planadas viajó hasta Chaparral para estar presente el día en que la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas comenzó las excavaciones en el cementerio San Juan Bautista, con la esperanza de que algún día pueda cumplir el último deseo de su madre: darle sepultura digna a su hijo.

Entre el 18 de septiembre y el 10 de octubre de 2025, el sur del Tolima será testigo de una de las intervenciones forenses más significativas en la búsqueda de víctimas del conflicto armado. Los equipos de antropólogos forenses, criminalistas y topógrafos trabajarán en un cementerio que durante casi medio siglo recibió los cuerpos de quienes perdieron la vida en la confrontación armada.


Los casos más antiguos del país salen a la luz después de siete décadas

La historia que se busca reconstruir en Chaparral se remonta a abril de 1955, en La Siberia, una zona rural donde desaparecieron al menos 17 personas. Los hijos de esas víctimas, que entonces eran niños de entre 7 y 10 años, hoy son adultos mayores de 76 a 79 años que nunca dejaron de buscar a sus padres.

Estos casos representan algunos de los más antiguos del país con hipótesis de localización, evidenciando que el conflicto armado en Colombia tiene raíces más profundas de lo que muchos imaginan. Luz Janeth Forero, directora de la UBPD, lo expresó con palabras cargadas de emoción durante la ceremonia de apertura: "Aquí vamos a recuperar a personas desaparecidas de casi 70 años o un poco más".

El cementerio San Juan Bautista se convirtió, sin que nadie lo planeara, en el lugar con el mayor número de cuerpos ingresados en el sur del Tolima. Durante décadas, allí llegaron personas trasladadas desde veredas y municipios donde la violencia dejó cicatrices que aún no sanan.

Un trabajo de investigación que tomó dos años para llegar a las familias

La intervención que comenzó esta semana no surgió de la nada. Detrás de cada excavación hay casi dos años de investigación minuciosa y miles de testimonios recopilados. El trabajo de campo identificó 116 sitios de interés forense y tres áreas donde podrían estar inhumados al menos 151 cuerpos de personas no identificadas.

Cindy Nova, coordinadora de la UBPD en Tolima, explica la complejidad del desafío: "El cementerio cuenta con la mayor cantidad de sitios en tierra y un número reducido de acciones de intervención forense". Por esta razón, el abordaje contempla tanto los sitios en tierra como las bóvedas, priorizando aquellos puntos con mayor potencial informativo y riesgo de alteración.

La primera fase se enfoca en intervenir los lugares que corren mayor riesgo de perderse para siempre, una carrera contra el tiempo que podría ser la última oportunidad para muchas familias.


Quince familias acompañan el inicio de una búsqueda que nunca cesó

El acto simbólico de apertura reunió a 15 familias buscadoras, la mayoría provenientes de municipios PDET (Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial). Cada una de estas familias representa décadas de incertidumbre, de preguntas sin respuesta y de una esperanza que se niega a morir.

Marylin recuerda con claridad aquel último encuentro con su hermano: "De mi casa la última que lo vio fui yo. Era un hombre totalmente diferente al niño con el que yo había crecido". Sus palabras reflejan el dolor de miles de familias que viven la ausencia como una herida abierta.

El apoyo de organizaciones como la RED ADN, la Corporación Humanitaria Reencuentros y la Fundación Comité de Reconciliación demuestra que la búsqueda de los desaparecidos trasciende las instituciones oficiales. Son las comunidades, los firmantes del Acuerdo de Paz y las organizaciones de víctimas quienes mantienen viva la memoria y exigen respuestas.

El sur del Tolima concentra el dolor de 797 familias

Las cifras hablan por sí solas: 797 personas permanecen desaparecidas en el sur del Tolima, representando el 25% de todos los casos del departamento. Planadas lidera con 229 casos, seguida de Chaparral con 205, Rioblanco con 158, Ataco con 100, Ortega con 63 y San Antonio con 42.

El alcalde de Chaparral, Helver González Mora, reconoció a través de una carta la importancia histórica del momento: "Queremos que este también sea un lugar de descanso donde las nuevas generaciones comprendan que la reconciliación se construye reconociendo el dolor del pasado".

El padre Jesbaan Rodríguez, párroco de la parroquia San Juan Bautista y administrador del cementerio, resumió el sentimiento colectivo: "Este es un momento de sanación y liberación". Sus palabras resuenan en un territorio que ha vivido décadas de violencia y que ahora busca la paz a través de la verdad.

La intervención en Chaparral representa más que una excavación forense; es un acto de reparación histórica que devuelve la dignidad a quienes fueron víctimas del conflicto y ofrece a las familias la posibilidad de cerrar un ciclo de dolor que se ha extendido por generaciones. Para Marylin y cientos de familias como la suya, estas semanas podrían significar el fin de una espera que ha durado toda una vida.

A partir de hoy y hasta el 30 de septiembre la meta es superar los 1500 seguidores en Facebook igualmente en WhatsApp. Si lo logramos, haremos una actividad genial llena de premios y sorpresas. ¿Te animas?

 
 
 

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