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Amor y amistad en Colombia: una celebración en septiembre entre tradición y consumo

  • Foto del escritor: Tatty Umaña G
    Tatty Umaña G
  • 21 sept
  • 4 Min. de lectura
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La esencia de esta festividad no radica en las vitrinas, sino en la capacidad de recordar que las relaciones humanas son el eje que sostiene la vida en comunidad.



En Colombia, septiembre no solo es el mes en el que el calendario marca la transición hacia el último tramo del año, también se ha consolidado como el espacio destinado a la celebración del Día del Amor y la Amistad. A diferencia de otros países donde San Valentín se festeja en febrero, en nuestro territorio esta conmemoración tiene un sello propio: una fecha reservada para resaltar los vínculos afectivos, compartir detalles y fortalecer las relaciones interpersonales. Sin embargo, en 2025 la festividad ha tenido un matiz distinto, menos efusivo que en años anteriores, y al mismo tiempo eclipsado por el avance cada vez más temprano de la temporada navideña.


¿Por qué en septiembre?


El Día del Amor y la Amistad en Colombia se celebra el tercer sábado de septiembre, una decisión que se adoptó desde la década de 1960. El motivo fue principalmente comercial: febrero, tradicional mes de San Valentín, coincidía con la temporada escolar de inicio de año y generaba menos margen para el consumo. Septiembre, en cambio, ofrecía un espacio intermedio entre vacaciones y fin de año, lo que resultaba más favorable para comerciantes, floristerías, restaurantes y marcas en general.


Este cambio, lejos de debilitar la conmemoración, terminó por afianzarla en la cultura nacional, al punto de convertirse en una tradición reconocida en todo el país. Una práctica típica es el popular “amigo secreto”, que dinamiza tanto los colegios como los espacios laborales y familiares, fomentando la sorpresa y la creatividad en los regalos.


Desde cuándo se celebra en Colombia


Aunque no existe un decreto oficial que instituya esta fecha, los registros más sólidos ubican la instauración de la celebración de Amor y Amistad en septiembre desde 1969, impulsada por gremios comerciales que buscaban un respiro en la economía del año. A lo largo de las décadas, la fecha se consolidó y hoy hace parte del calendario emocional y económico de los colombianos.


Las dinámicas de celebración han cambiado: antes predominaban las serenatas, los detalles artesanales o las tarjetas escritas a mano; hoy las redes sociales y las plataformas digitales se han convertido en el escenario principal para expresar afecto. Sin embargo, el sentido de compartir un momento con seres queridos se mantiene como esencia de la festividad.


Una connotación distinta en 2025


Este año, la celebración se percibió con un tono más discreto. Las cifras preliminares del comercio, divulgadas por asociaciones económicas, reflejan una disminución en el gasto promedio por persona. Las familias priorizaron necesidades básicas frente a detalles materiales, y muchas parejas o grupos de amigos optaron por encuentros sencillos en casa en lugar de salidas a restaurantes o viajes cortos.


El contexto económico nacional, marcado por el encarecimiento de productos y servicios, incidió de manera evidente. Sin embargo, más allá de lo económico, el cambio también responde a una transformación cultural: las nuevas generaciones privilegian la autenticidad de las relaciones y tienden a cuestionar el consumo desmedido como forma de demostrar afecto.


La sombra anticipada de la Navidad


Un aspecto llamativo en 2025 ha sido cómo la Navidad parece adelantarse cada vez más en el calendario comercial. Apenas inicia septiembre y ya en supermercados, centros comerciales y plataformas de venta en línea se encuentran árboles, luces, guirnaldas y todo tipo de decoraciones decembrinas. Incluso, hay más estanterías dedicadas a productos navideños que a los alusivos a Amor y Amistad o Halloween, que apenas llegará en octubre.


Este fenómeno no es nuevo, pero sí más notorio en los últimos años. La estrategia responde a la intención del comercio de ampliar la temporada de compras navideñas, considerada la más importante en ventas. Al adelantar la oferta, se busca captar consumidores que planean con anticipación sus gastos o que se dejan llevar por la emoción de los adornos y la música navideña.


Halloween relegado a un segundo plano


El mes de octubre, tradicionalmente asociado al Halloween, ha ido perdiendo protagonismo frente a la Navidad. Aunque sigue siendo relevante para las nuevas generaciones, especialmente entre jóvenes y niños, los escaparates comerciales muestran una reducción en la variedad y cantidad de productos destinados a esta fecha.


La globalización y la cultura digital han mantenido viva la fiesta de disfraces, pero en términos de consumo parece quedar rezagada frente a la maquinaria comercial que impulsa la temporada navideña. Así, septiembre se convierte en un punto de quiebre: mientras la sociedad celebra Amor y Amistad, el comercio ya vive la Navidad.


Una lectura cultural y social


Más allá de lo anecdótico, estas dinámicas evidencian cambios profundos en la cultura de consumo en Colombia. Amor y Amistad, concebido como una fecha para exaltar la importancia de los lazos humanos, se ve atrapado entre dos fuerzas: la creciente necesidad de cuestionar el materialismo y la poderosa maquinaria del mercado que adelanta la Navidad.


Este contraste plantea interrogantes: ¿hasta qué punto hemos permitido que las fechas conmemorativas se conviertan en excusas para el consumo? ¿Qué queda del valor simbólico del afecto, la solidaridad y la amistad cuando el brillo de las vitrinas desplaza el sentido profundo de la celebración?


Más allá del consumo: recuperar la esencia


El Día del Amor y la Amistad debería seguir siendo un recordatorio de la importancia de cuidar los vínculos emocionales. En un mundo marcado por la prisa y la virtualidad, detenerse a compartir tiempo con amigos, pareja o familia es un acto de resistencia frente a la rutina.


Quizá la menor efusividad de 2025 sea una oportunidad para repensar el sentido de la fecha. Tal vez no se trate de comprar más, sino de dar mayor valor a los gestos simples: una conversación sincera, un abrazo, una carta hecha a mano o un momento de escucha.


A partir de hoy y hasta el 30 de septiembre la meta es superar los 1500 seguidores en Facebook igualmente en WhatsApp. Si lo logramos haremos una actividad genial llena de premios y sorpresas. ¿Te animas?

 
 
 

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